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Como Huellas En El Mar

Aunque sea un instante

Aunque sea un instante

Prefiero ignorar tu personalidad. Estabas tan atento, tan intrigante. Recuerdo cuando te mostré mi indiferencia, no eras más que un silencio bellísimo. La equivocación no era un sumiso referente. De rodillas no encuentras consuelo. No eras más que un nuevo lamento. Percibí miles de millones de auras, estaban atentas a tu inspiración. Y si mal no escuché, estabas navegando en preferencias, más bien dolencias, que acaparaban tu sonrisa instantánea. No fallabas. No eras. Y no dejabas que el suspiro te afectara, como los árboles mueren por un poco de apreciación. No gritabas. No perdonabas. Disfrutabas tu tiempo libre con un adiós que no envenenaba nisiquiera al dulce inconciente.

Y que distinto que se controlan las cosas. Porque caminamos en un sendero tan indiferente. No apreciamos nisiquiera al transeúnte que alejaba humanidades. Que se alejaba, para ser nuevamente una isla. Y ese beso, no servía. Lo usabas de promiscuidad con regateos desconsiderados. No querías más, o a lo mejor, querías todo. Instituciones del querer, y tú eras el presidente. No había reglas. No habia confesiones.

Aunque sea un instante, te sentías el rey de este territorio, que sabe que es sólo tierra sin provecho.


Mar

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