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Como Huellas En El Mar

Despacio en tu carrera

Despacio en tu carrera

 

No sabes si eres quien eres en varias partes. Más la parte que te consuela o te taladra la cabeza. Pensando, confesándote lo difícil que puede ser abrir tu corazón. Como si las heridas sangraran mientras piensas en querer nuevamente. Como si tu cuerpo le pesara volar. El dolor fue el más intenso, cansador, donde te sentiste un perdedor porque quedaron cosas inconclusas. Agotado, derrotado, exhausto, distraído, frío. Todas esas sensaciones que te provocaron una decisión determinante. Que te ayudaron a ser fuerte. A controlar lo que antes no hubieses podido. Soportar soledades, soportar un ciclo rutinario que te termina gustando, porque es seguro. Porque nada lo puede cambiar, ni enterrar. Ni mucho menos, influír en tu vida. Y ayudarte a pensar que lo que es nunca es. Siempre se termina viendo lo único que no desearías en ese instante. Se convierte en tu peor pesadilla... en algo que no sabes manejar. En algo que ya no te importa. 

Estás sentado en la esquina por décima vez en el día. Sintiendo que el tiempo no es un amigo. Que sólo se ríe porque lo escuchas. Sentado relajado, sabes que ningún viento puede desarmarte. Tambaleante porque era ya la quinta quilmes fría... sin pecado ni sonrisa. Miraste hacia el cielo oscuro, donde los murmullos de tus amigos se disiparon en varios segundos. Allí, en ese instante.. cayeron las ganas. Las terribles ganas de un abrazo. Cuando tu soledad llegó a la otra esquina mirándote de reojo, tu ya estabas parado yendo en la dirección contraria. Es cuestión de tiempo.. pero hoy no es el momento, dijiste. 

Pasaron días, sin contar que no te dormías de casualidad. Llegaron tus curiosidades, pensaste ... como lo sueles hacer cuando sin distracción te sorprenden, un deseo. Fue más fuerte que vos. Fue algo que todavía no entiendes. Así estás.. en cuatro ejes. Esta vez ya no sabes si ir en dirección contraria o apurar el paso. Estás confundido pero no más que en razonables aspectos. Cosas que en no dejas pasar por alto, cosas que te llenan aunque no quieras. Una nueva ilusión. ¡Maldición!, te agarró en sequía. En total luna. Hasta que caes a una mirada dulce, e inocente. 

 

"No lo quiero. Esto no me agrada menos en mi condición". Aunque no entiendes que condición aún lo renombras, como si fuera un hacha que te acribilla las ganas de vivir. Como si las cosas que más deseas fueran sólo de material oxidable. Descartable. Como si un beso, fue un tipo de veneno que te lastima .. y sin más los catas para sentir esa ligereza perdida. 

Estás despierto. No corras, por si se alentó el mundo. 

No insistas, tal vez mientras menos lo pienses mejor te sale. 

Reprime ese lamento, o expúlsalo con firmeza. Que lo que te inhibe o atormenta, sea sólo un respiro.. un murmullo torpe. Y no desmerezco. Será que al final, que tienes por hablar, sea un camino incierto. Un anhelo más allá del entendimiento. Un simple pequeño y tierno amor, que ha sido dañado con el reloj. Que todo se ha dado y todo se ha pisoteado sin reglas ni restricción. Porque la paciencia, porque las obsesiones... por todas las sensaciones de no perder lo que uno ya necesita de por sí. Y no temas, y no confundas.. y no retraigas.. y si las palabras no bastan, se buen observador.. que también las palabras conllevan acción. 

 

Creo que mi ser acompaña tu sueño,

Y también un poco de compañía ante esos inciertos.

No cuestiono tu rutina, ni percibo tu sabiduría, escucho atentamente tus vida, y pienso que cada día por tí, lo haría, estar despacio, contigo, en la deriva. Juntos, sin medida.

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