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Como Huellas En El Mar

El Simple Amor

El Simple Amor

Las caricias son un mísero perplejo. Una sensación de dos átomos sumándose entre sí. Dos suspiros, en su complejidad. Un recuerdo incierto. Una plácida vanidad de generación en generación, cercano a la magia. Riesgoso, sumiso, presumido. Lleno de recipientes vacíos, esperándose completar. El amor, es una especie de cobija cuando de soledad , se trata. Pero la soledad es más que el amor. Siempre fue más. Puede llegarte, en el momento que más necesitás. Pero ahí, es cuando se pierde.

El amor es una roca, es el mar, es la mirada, la cuál usas para resaltar tu sonrisa. Es el complemento, más allá del aire. Las sinceras noticias y las cotidianas resoluciones que armaban los humanos, nunca fueron suficientes. Siempre tenía que haber algo que reemplazara una canción, un mimo, un síntoma tal vez, de agonía. Algo restituíble.

La equivocación, el error, la decisión fuera de quicio, se torna además de nada, un círculo vicioso de querer mucho. Normalmente soy una de esas. El amor... el amor al disco, el amor a partir del silencio, el primer roce, el primer encuentro. El primer corte de venas, porque siempre surgía de ahí, la removida de la sangre dentro de uno. La incoherencia es uno de los síntomas.

Seguir sangrando amor, es una eficaz respuesta. Casi cuando lográs llegar a gritar que es lo que querés, un cielo se oscurece, y te mantiene de pie, pero vos querías caer. Entonces la controversia del amor.. la controversia. ¿Como hacer para que no importe lo que fluye? ¿Como hacer para que no importe que el desierto se llene de barro?

Ahora. No importa. El sol. No importa. El recreo de pensar, no importa.

No es una conmoción. No es una rebeldía de querer escaparme de todo. No es una sensación de querer tomar el primer tren, y que Dios me ampare. Es la decisión de seguir... De seguir amando. De seguir fluyéndome por las alocadas redes de una pasión por fin, encontrada.

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